10 decisiones que hacen que tu casa de cáñamo sea realmente saludable (y eficiente)

Si estás pensando en construir o reformar con hempcrete (cáñamo + cal), este artículo te guía paso a paso. Se trata de 10 consejos para que tu vivienda respire, sea cómoda todo el año y envejezca bien.

 

Una casa de cáñamo bien diseñada es silenciosa, estable en temperatura, regula la humedad y necesita menos energía para vivirla a gusto. La clave no es “un material milagroso”, sino diez decisiones de proyecto y obra que suman.

 

1. Elige un muro que respira (y evita paredes “encerradas”)

Una pared de cáñamo y cal ayuda a mantener la humedad relativa entre un 30 y un 60 %, que es el rango donde las personas nos sentimos más cómodas y donde se frena el crecimiento de moho, bacterias e incluso la aparición de insectos. Esto es posible porque el material es muy permeable al vapor (μ≈2,8) y presenta una Sd baja, de 0,34 m en 12 cm a 1,0 m en 36 cm, lo que significa que regula el vapor sin dejar pasar corrientes de aire.

Qué significa: El muro de cáñamo y cal regula la humedad de forma natural. Esto ayuda a prevenir mohos, bacterias, insectos y olores, y mejora el confort.

Cómo se consigue: Combínalo con revocos de cal (dentro y fuera). Evita pinturas plásticas o láminas que bloqueen el vapor si no están justificadas por cálculo.

Señal de alerta: Si te ofrecen “sellarlo todo” con capas no permeables “por si acaso”, pide una alternativa compatible con muros que respiran.

2. Asegura el aislamiento desde el principio

No hace falta complicarse con múltiples capas o sistemas complejos: el confort real viene de elegir materiales adecuados, con el espesor suficiente y buena continuidad. El hormigón de cáñamo, con una conductividad de 0,071 W/m·K, un muro de 30 cm ofrece una resistencia térmica de R≈4,23 m²K/W y uno de 36 cm llega a R≈5,07, lo que se traduce en transmitancias de 0,23–0,19 W/m²K, incluso antes de añadir revocos. En pocas palabras: grueso, sencillo y eficaz.

Idea clave: No hace falta un muro con muchas capas para lograr rendimiento térmico, usando hormigón de cáñamo lograrás cumplir con el Código Técnico de Edificación con 25-30 cm, sin necesidad de aislamiento adicional, incluso en los climas más extremos.

Consejo práctico: Antes de añadir capas de revestimiento, comprueba que el espesor del muro y sus encuentros están bien resueltos.

3. Diseña el silencio

El silencio es parte del bienestar en casa, y aquí también importa cómo se construye el muro. Una fábrica de 20–36 cm aporta un aislamiento aéreo de ~40–44 dB, suficiente para apagar buena parte del ruido cotidiano. Eso sí, los encuentros, las cajas de persiana o las juntas mal selladas pueden hacerte perder varios decibelios… y la tranquilidad.

Qué esperar: Un muro de cáñamo aporta buen aislamiento acústico por su estructura porosa y masa ligera.

Lo que marca la diferencia: Juntas continuas, huecos bien sellados, cajas de persiana y puertas de calidad.

Tip rápido: Si te preocupa el ruido, invierte en detalles de ventanas y encuentros: ahí se gana (o se pierde) el silencio.

4. Seguridad frente al fuego

La seguridad no se improvisa. Los muros de cáñamo y cal tienen una reacción al fuego Euroclase B-s1,d0, es decir: muy baja contribución y humos poco densos. Y cuando se revocan con cal, la resistencia del sistema puede ir de 60 a 240 minutos según el espesor y la solución ensayada. Tiempo más que suficiente para evacuar y proteger la estructura.

Lo importante: El material base de los bloques de cáñamo y cal no contribuye al fuego de manera significativa y genera baja humareda.

Traducción a obra: Revestimientos minerales y soluciones de fachada ensayadas. Tu proyectista verificará el conjunto según normativa.

Mensaje claro: Seguridad = sistema completo bien documentado.

5. Hermeticidad controlada + ventilación (no es lo mismo “cerrar” que “ahogar”)

Cerrar rendijas no significa “ahogar” la casa. Una vivienda estanca al aire (ensayada con un objetivo de n50 ≤ 0,6 h⁻¹ a 50 Pa) evita pérdidas y corrientes, y al mismo tiempo, al ser abierta al vapor (μ≈2,8; Sd≈0,34–1,0 m), regula la humedad interior. La clave está en combinarlo con ventilación controlada, idealmente con recuperación de calor, para disfrutar de aire limpio y confortable.

Por qué importa: Una envolvente estanca al aire evita corrientes, polvo y pérdidas de calefacción/refrigeración.

Cómo se hace bien: Cintas y masillas en encuentros, y ventilación (idealmente con recuperación de calor).

Regla de oro: Hermético sí, pero con ventilación pensada. Es el dúo que da confort de verdad.

6. Adiós a las humedades capilares: arranques y zócalos bien resueltos

La mayoría de problemas de humedad nacen en la primera hilada. La receta es sencilla: arranque el muro al menos 20 cm por encima del terreno, coloca un corte capilar y usa juntas finas de unos 3 mm. Con eso evitas ascensos de agua y salpicaduras que a la larga dañan tanto el material como los acabados.

Dónde fallan las casas: En la base.

Solución sencilla: Eleva el muro ≥ 20 cm del terreno, protege el zócalo y corta la capilaridad desde el proyecto.

En obra: Coordina albañilería y cubierta; protege los muros durante el secado y evita acumulaciones de agua.

7. Acabados sanos por dentro y por fuera

Los muros funcionan bien si los acabados no bloquean su respiración. Un revoco de cal de 15 mm tiene una Sd≈0,12–0,15 m y una pintura mineral de silicato en clase V1 (EN ISO 7783) presenta una permeabilidad altísima (sd < 0,14 m, lo ideal ≤ 0,03 m). Así garantizas un ambiente sano, libre de plásticos y con un aire interior de mejor calidad.

Qué elegir: Revocos y pinturas minerales (cal, silicato), sin COV.

Por qué: Mantienen la pared “viva”, sin plásticos; mejoran la calidad del aire interior y acompañan la regulación de humedad del cáñamo.

Evita: Barreras de vapor internas o vinilos “decorativos” que bloquean el poro si no hay una razón técnica.

8. Ventanas y sol: el confort entra (y se va) por ahí

Gran parte del confort (y del gasto) se pierde en las ventanas. Apuesta por carpinterías con clase 4 de permeabilidad al aire (EN 12207, hasta 600 Pa) y acompáñalas de un sellado continuo. Añade un sombreamiento exterior y evitarás sobrecalentamiento en verano sin renunciar a la luz natural.

Lo esencial: Buen vidrio, sombreamiento exterior y sellado del hueco.

En verano: Toldos, lamas o voladizos para cortar sol alto; ventilación nocturna si el clima lo permite.

En invierno: Aprovecha el sol y minimiza filtraciones.

Recuerda: Una ventana excelente, mal instalada, rinde como una normalita.

9. Eficiencia energética sin complicarte la vida

Cuando la casa pide poca energía, todo es más fácil: facturas más bajas y confort más estable. Con una densidad de ~320 kg/m³ y un calor específico de 1.600 J/kg·K, el muro aporta un desfase térmico de entre ~8 y 22 horas según el espesor, amortiguando el calor del día y liberándolo de noche. El resultado: temperaturas más suaves y constantes.

La idea: Si tu casa tiene más inercia térmica, necesitas menos aire acondicionado en verano y menos calefacción en invierno, lo que se traduce en grandes ahorros a largo plazo.

Cómo se logra: Envolvente continua, ausencia de puentes térmicos, hermeticidad con ventilación y masa térmica del cáñamo que suaviza los picos.

Mensaje para decidir: Invierte primero en envolvente; lo demás llega solo.

10. Industrializa lo que puedas (calidad + plazos)

La industrialización trae orden al caos de la obra. Bloques grandes (60×30 cm, 5,6 bloques/m²), juntas de 3 mm y consumos de adhesivo de ~4–7 kg/m² permiten un montaje rápido, preciso y repetible. Eso significa menos errores, menos sorpresas en el U real y plazos más fáciles de cumplir.

Qué aporta: Bloques y paneles prefabricados estandarizan juntas, aceleran obra y reducen errores.

Para el cliente: Menos improvisación = menos sorpresas. Pregunta por opciones prefabricadas y equipos con experiencia real en cal y cáñamo.


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Preguntas frecuentes que puedes tener:

  • ¿Huele a cáñamo?

No. Una vez colocado y revocado, el acabado es neutro.

  • ¿Se puede colgar mobiliario pesado en estos muros?

Sí, con fijaciones adecuadas y, si procede, refuerzos previstos en proyecto (coméntalo con el instalador).

  • ¿Necesitaré una barrera de vapor?

En la mayoría de viviendas, no si todos los acabados son permeables (cal). Solo se usan barreras si el proyecto lo justifica.

  • ¿Es más caro construir así?

Depende del diseño. Muchas veces se compensa con menos capas, mejor confort y equipos más pequeños.

  • ¿Qué pasa si llueve durante la obra?

Se protege el muro, se favorece la ventilación y se respeta el secado antes de cerrar acabados.

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